El museo es un espacio amplio, bien iluminado y ordenado dónde el visitante puede disfrutar de un gran número de elementos, ingenios, singularidades del mar y de la pesca en particular. Está situado en un lugar inmejorable y vivo, como es el mismo puerto de Palamós. Esta vivacidad se hace patente ya no únicamente en el interior del museo, sino que el visitante una vez en el exterior, puede seguir contemplado otro museo, el del trabajo de la gente del mar, que se materializa cuando se ven llegar a puerto las barcas de pesca, la venta del pescado en la lonja o dando un paseo por los alrededores.